martes, 2 de junio de 2015

La soledad y el viandante

Pablo Picasso y Francoise Gilot  (Robert Capa, 1948)
La soledad del viandante, pensó mientras esperaba que el semáforo cambiara su luz roja por una verde, mucho más cálida, veraniega, activa ¡dónde va a parar! Miró disimuladamente a su alrededor a través del cristal de las gafas de sol y encontró un par de miradas esquivas de otros como ella, otros viandantes, que también avanzaban solos. El calor de finales de mayo comenzaba a dejarse notar en los cuerpos circundantes, con mangas de camisa luchando por arremolinarse y pasar los codos, con sandalias impúberes cubriendo lechosos pies. Una suave brisa meció su melena, haciendo que los mechones oscuros de su pelo bailasen sobre sus hombros desnudos. Los apartó con la mano hacia su derecha y los destellos de sol brillaron sobre la piel con reminiscencias de un bronceado anterior. Pensó entonces en aquel verano del año anterior al anterior, en las playas de agua fría, en los juegos bajo la sombrilla con él. Y no pudo, por un momento, diferenciar su presente de su pasado, el suyo, el de él. Quizás fuese la fragancia del perfume del chico que se acababa de parar a su lado lo que intensificó el efecto del sol sobre su espalda, o las ganas de atravesar aquel paso de peatones sin aguardar al cambio del ámbar. Quizás no fuera más que un recuerdo pasajero, un instante de bonita felicidad que se evapora al contacto con el aire de la inevitable rutina. Pero todo pasa, avanza, se detiene un minuto, un momento, tal vez una hora, un año, un siglo, pero al final ocurre, pasa, traspasa el hoy, sea del presente que sea. Y siempre hay un toque, una llamada, un ruido, una lágrima, una gota de sal recorriendo la cubierta del esternón que acaba por caer. Pensó. Y en el hoy, de este mayo, bajo este sol, frente a este paso de peatones, es ese estruendo de coches, gente, voces. Su alrededor. La bocina del último coche que atravesó su mirada la sacó del ensimismamiento y volviendo a pensar en ellos,  en los que eran entonces, lucho por alcanzar con pausa el otro lado de la vía, conteniendo sus deseos de correr entre la soledad del viandante.

2 comentarios:

  1. Una nueva actualización!! Bieen!!! :D
    Genial el post! Mientras lo leía era como si yo también estuviera parada en ese semáforo, atrapada por el recuerdo de un instante feliz y fugaz.



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    1. ¡Cuánto tiempo hacía que no respondía a un comentario! :D
      Me alegra que te gustara el post y que te dejaras atrapar por ese pequeño momento de felicidad :)

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